II Jornadas Valencianas de Estudios
Regionales
La Economía Regional en el marco de la Nueva Economía
EL
CAPITAL SOCIAL EN LAS AGLOMERACIONES TERRITORIALES DE EMPRESAS: OPORTUNIDADES Y
RESTRICCIONES
Autores:
Xavier Molina Morales (Universitat
Jaume I)
Miguel Ángel López Navarro
(Universitat Jaume I)
Jaume Guia Julve (Universitat de
Girona)
Universitat Jaume I
Departamento de Administración de empresas y Marketing
Campus Riu Sec
12080 Castellón (España)
email: molina@emp.uji.es
EL
CAPITAL SOCIAL EN LAS AGLOMERACIONES TERRITORIALES DE EMPRESAS: OPORTUNIDADES Y
RESTRICCIONES
Nuestro trabajo se ha planteado como primera cuestión, la de investigar
el impacto de las aglomeraciones territoriales, en particular, de los distritos
industriales en el capital social de las empresas. Pretendemos una mejor
comprensión de las oportunidades y limitaciones que produce la proximidad
geográfica en las redes sociales en las que se integran las empresas. Con el
fin de presentar nuestra contribución hemos seguido los siguientes pasos: en
primer lugar, describimos las proposiciones básicas de la Teoría del Capital
Social explicando las contradicciones existentes entre los diversos autores,
para luego revisar las principales implicaciones de los Distritos Industriales.
Por último, presentamos un ejemplo ilustrativo como soporte empírico a las
proposiciones teóricas desarroladas.
Respecto a la Teoría del Capital Social, en primer lugar, el capital social
presenta una dimensión estructural referida a las interacciones sociales. Los
autores han debatido dos diferentes mecanismos y resultados. La perspectiva
tradicional del capital social (Coleman, 1988, 1990) ha acentuado el efecto
positivo de la red cerrada o cohesiva en la producción de normas sociales y
sanciones que facilitan la confianza y los intercambios cooperativos. Por otro
lado, la perspectiva de los huecos estructurales (structural holes) de Burt (1992, 1997) propone una visión
alternativa, enfatizando los beneficios de la diversidad en la información y
las oportunidades de la intermediación, ambas creadas por la existencia de
intercambios no redundantes propios de las redes dispersas.
En segundo lugar, la dimensión relacional, en la que los autores también
diferencian dos mecanismos y resultados diferentes. Primero, los lazos fuertes
(strong ties) están asociados con
intercambios de información de alta calidad y de conocimiento tácito (Uzzi,
1996) y sirven como mecanismo de control social que gobierna la conducta de las
empresas. Sin embargo, Granovetter (1973) argumenta que los lazos débiles (weak ties) permiten al actor acceder a
nueva información. La infrecuencia permite a los actores
acceder a diferentes regiones de la red más que los actores de las redes densas
e interconectadas.
Recientemente los autores han intentado conciliar
las perspectivas contradictorias (por ejemplo; Rowley, Behrens y Krackhardt,
2000, Gargiulo y Benassi, 2000, Dyer y Nobeoka, 2000) proponen efectos diversos
de la red social. De acuerdo con este argumento la red altamente interconectada
con lazos fuertes sería adecuada para la difusión y explotación de las
oportunidades existentes más que las redes dispersas con lazos débiles (huecos
estructurales) que serían las adecuadas para la exploración de nuevas
oportunidades.
Respecto a la Perspectiva Territorial, el uso de conceptos tales como el
arraigo (embeddedness) y capital
social se han esparcido rápidamente entre la literatura del territorio (Oinas,
1998) donde se señala que el arraigo es inherentemente espacial. A pesar de la
presencia de las interacciones a larga distancia, la mayoría de los contactos,
especialmente los de naturaleza informal se producen dentro de un pequeño radio
(Malecki, 1995).
Las normas y valores en las aglomeraciones
territoriales son estudiados frecuentemente en al literatura de los distritos
industriales. La homogeneidad cultural produce una atmósfera de conducta
cooperativa y de confianza, donde el resultado neto es la paradójica
combinación de cooperación y competición. La experiencia reproduce confianza a
través del conocimiento mutuo y la contratación continua, esta confianza limita
el oportunismo entre los socios en este mercado comunitario (Lorenz, 1992, Dei
Ottati, 1994, Foss y Koch, 1995, Lazerson, 1995). La confianza está basada en
el sentido compartido de comunidad con un destino común. En otras palabras
confianza se convierte en una condición de miembro (Becattini, 1979).
De acuerdo con los teóricos de los distritos
industriales éstos pueden considerarse como una red cohesiva, densa con lazos
fuertes. En consecuencia, las empresas se beneficiaran de las ventajas en la
explotación de las oportunidades existentes gracias al acceso de información de
alta calidad, de conocimiento tácito y a los
intercambios cooperativos. Por el contrario, las empresas pueden tener
dificultades o desventajas en el acceso de información nueva y única y no se
beneficiaran de la información diversa y las oportunidades de intermediación
creadas por los lazos no redundantes. A favor de esta conclusión Glasmeier
(1991) en términos similares a Harrison (1994) ha descrito como las empresas
relojeras suizas mostraron una gran vulnerabilidad y rigidez para responder a
los cambios tecnológicos externos, es decir desventajas de exploración.
Sin embargo otros muchos casos han mostrado los
beneficios de los distritos industriales tanto en la exploración como en la
explotación (por ejemplo; Silicon Valley o Tercera Italia). Por ejemplo,
Saxenian (1991) encontró que en entornos de cambios rápidos como es la
industria de los ordenadores, en su mayoría en Silicon Valley; han abandonado
las relaciones distantes con los proveedores y ahora han construido relaciones
estrechas con un número seleccionado de ellos.
Nosotros sugerimos que los
intermediarios regionales, en particular las instituciones, pueden evitar las
desventajas de la ausencia de los lazos no redundantes para las empresas
individuales. Los intermediarios proveen el acceso a la información y los
recursos y la extensión de las capacidades existentes. Más que mantener
numerosos lazos con diferentes partes de la red, los miembros individuales
pueden mantener una conexión única con el intermediario que se especializa en
proveer el acceso a la información valiosa (McEvily and Zaheer, 1999). La
proximidad posibilita la creación de relaciones con terceras partes como interacciones entre las empresas y las
instituciones o intermediarios regionales (incluyendo competidores, empresas
auxiliares y relacionadas). Esta información compartido a través de las
terceras partes puede estar compuesta de lo que Granovetter (1973) llama lazos
débiles y Burt (1992) generalizó en los huecos estructurales.
Con el fin de ilustrar y dar soporte a las
proposiciones teóricas que platea el trabajo presentamos la descripción de un
caso. Hemos analizado el distrito industrial cerámico valenciano, donde existe
un conjunto de instituciones regionales, entre las cuales hemos seleccionado el
Instituto de Tecnología Cerámica. Esta institución puede constituir un caso
ejemplar.
Referencias
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